1.-Asegúrate de entender qué se pregunta Lee atentamente las instrucciones y las preguntas. Debes comprender cada una de ellas antes de coger el boli y ponerte a escribir.
En ocasiones los examinadores utilizan una serie de palabras que te pueden hacer dudar de qué se pide realmente.
¿Sabes lo que significa cada una?
Si tienes dudas que te pueden bloquear o llevar por mal camino, no dudes en preguntar al examinador. No es momento de vergüenzas.
2.-Organiza tu estrategia
Ten en cuenta el tiempo del que dispones y distribúyelo correctamente. Reserva unos minutos para repasar las respuestas, revisar la puntuación, los acentos y las posibles faltas de ortografía.
Antes de comenzar elige muy bien el orden de contestación. Comienza por las preguntas que te resulten más fáciles. Así perderás el miedo y ganarás confianza en ti mismo.
3.-Organiza tus ideas
Ordenar las ideas mentalmente te ayudará a realizar una redacción más lógica y coherente.
Escribe un esquema rápido con las ideas que pretendes desarrollar y en qué orden.
Redacta cada idea en un párrafo. Las ideas principales tienen que complementarse con las secundarias y los detalles.
Puedes diferenciar en tu redacción diferentes partes:
Introducción
Argumentación
Conclusión
Subrayar lo que quieres destacar dirá mucho a tu favor.
4.-Cuida el lenguaje
Sé conciso y claro. Ni demasiado coloquial, ni demasiado pedante. Utiliza los términos técnicos con propiedad. Si abusas, el profesor notará que estás "sobreactuando".
5.-Vete al grano.
No divagues. No pretendas dar la sensación de que sabes mucho por la cantidad de hojas que escribes.
6.-La presentación también cuenta
Claridad en la escritura, márgenes, sin borrones, ni tachaduras,
Los tachones indican varias cosas de quien lo ha realizado:
Inseguridad Mala organización mental Mal método de trabajo Poca limpieza
7.-Tú a lo tuyo
Centra tu atención en lo que estás haciendo y olvídate de cómo hacen la prueba los demás.
8.-Si te pierdes, asocia.
Si no recuerdas la respuesta adecuada intenta relacionarla con otros contenidos con los que guarde relación.
9.-Mejor poco que nada.
Intenta no dejar ninguna pregunta en blanco.
10.-Aprende de tus errores
Para aprender de todas las experiencias lo mejor es que hagas una autoevaluación de cómo te ha ido. Se trata de descubrir los propios errores, no para lamentarse, sino para aprender de ellos.
Reflexiona:
¿Entendiste lo que pedía cada pregunta? ¿Supiste desarrollar las ideas importantes o te perdiste en datos secundarios? ¿Cuidaste el orden de la exposición?