A lo largo de tu vida te puedes encontrar diferentes tipos de exámenes o pruebas escritas.
A través de estos ejemplos te damos unos consejos de cara a prepararte para ellos:
1. DESARROLLO DE UN TEMA
Pedro estaba en un examen de Ciencias Naturales y le "cayó" una pregunta sobre el capítulo que más le había costado estudiar. Intentó superar este problema tranquilizándose y ordenando sus ideas.
Pregunta: Describe el ciclo del agua
¿Qué hizo exactamente?
Organizó su tiempo:
5 minutos para
Leer el enunciado detenidamente
Reflexionar y anotar las ideas principales
Elaborar un esquema-guión
Introducción: ¿qué es el ciclo del agua? Argumentación:
Evaporación
Transpiración
Condensación
Precipitación
Escorrentía
Filtración
Conclusiones/reflexiones
Recurso renovable, pero limitado.
Imprescindible
En peligro: contaminación
20 minutos para
Exponer los apartados del guión
Aportar las conclusiones finales
Asegurar la correcta construcción de las frases, expresiones, ortografía,..
Cuidar la presentación, utilizar el subrayado y la numeración
5 minutos para
Releer y corregir
1. PREGUNTAS CORTAS
A Leire no le gustan los exámenes con preguntas cortas porque hay que dominar toda la materia y tener una gran capacidad de síntesis y relación de conceptos.
En cierta ocasión le ocurrió lo siguiente:
Pregunta: Explica qué es la escorrentía Respuesta: El ciclo del agua comienza con la evaporación desde la superficie del océano.
Las raíces de las plantas absorben agua que al llegar a las hojas y flores se evapora y se produce la transpiración. Tras un largo proceso se produce la escorrentía.
Leire tenía conocimientos generales sobre el tema pero no supo contestar a la pregunta concreta.
Desde entonces, suele repasar con sus compañeros inventando y respondiendo posibles preguntas.
De su experiencia ha aprendido:
Que debe dedicar un tiempo a planificar
Leer detenidamente las preguntas para no confundir el enfoque
Empezar con las preguntas que domina mejor
Contestar exactamente a lo que se pide
Respetar el espacio disponible
Cuidar la presentación y la redacción
Dedicar un tiempo al final para releer y corregir
Como estos dos ejemplos, podrás encontrar numerosos casos en tu vida cotidiana. Experiencias propias o de tus conocidos que te pueden ayudar a afinar tu forma de demostrar por escrito tus conocimientos. No dejes de observar.