Qué hacer a continuación
Las ganas de fumar te sacan de tus casillas; por eso ahora necesitas unos minutos para centrarte. Párate, piensa, "entra en tus casillas" de nuevo y vuelve a ser tú.
Recupera tus motivos
¿Por qué decidiste dejar de fumar? Haz memoria. Busca la lista de motivos que rellenaste al empezar tu proceso de dejar de fumar y léela. |
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¿A que ahora te parece que esos motivos no son tan importantes? Ahora crees que no te preocupa tanto tu salud, tu imagen o tu economía; ahora te importa menos sentirte dependiente de una sustancia...
Atención: estás cayendo en una trampa. Los motivos que escribiste entonces son igual de válidos ahora.
No busques excusas para fumar. La persona que escribió esos motivos para dejar el tabaco no es ningún extraño: eres tú. Reconócete en esos motivos y recupera tus verdaderos deseos.
Valora tu esfuerzo
¿Cuánto tiempo llevas sin fumar? ¿Semanas? ¿Días? ¿Horas? Cada minuto que has pasado sin fumar te ha costado un gran esfuerzo. Pero lo has conseguido. Has hecho un buen trabajo... No querrás echarlo todo a perder, ¿verdad?
Busca tu diario de dejar de fumar y échale un vistazo. Fíjate sobre todo en las situaciones difíciles que has sabido esquivar, lo que has tenido que aguantar de los que no creían que fueras capaz de dejarlo, las tentaciones a las que has logrado sobreponerte...
Todo lo que has hecho hasta ahora tiene un valor incalculable.
Conserva tus ganas de luchar: merece la pena
Ahora que ya eres consciente del esfuerzo que llevas invertido, ¿te das cuenta de lo grande que eres? Y, por contraste con el tamaño de tu coraje, ¿no te parece que la tentación de fumar es realmente pequeña? |