Nervios, preocupación, inseguridad, miedo a quedarte en blanco.
¿Sientes todo esto cuando llegan los exámenes? Es normal. Aprobar es importante para ti. Supone la culminación de muchas horas de trabajo y estudio, pero no dejes que esa presión enturbie tus resultados.
Para evitar las sensaciones de angustia y ansiedad, debes aprender a preparar tu mente para este tipo de situaciones. Es más sencillo de lo que parece.
Siguiendo unas sencillas pautas podrás reducir la tensión antes de la prueba y evitar que ésta afecte a tu capacidad para razonar, responder y demostrar tus conocimientos.
Debes saber que Es cuestión de actitud Evita preocuparte. Si has estudiado lo suficiente, los motivos que te preocupan están fuera de tu alcance. No puedes saber qué te preguntarán o cómo os evaluará el profesor.
Tienes que ser optimista y confiar en tus posibilidades.
El día antes
Procura no dedicar el día a estudiar desmesuradamente aquello que aún no has repasado. Así, sólo conseguirás aumentar tu ansiedad y bloquearte mentalmente.
Levántate a la misma hora de siempre y realiza tus tareas habituales.
Realizar un poco de ejercicio físico como nadar, jugar un partido de baloncesto o salir a dar un paseo puede ayudarte a relajar tus tensiones
La noche previa al examen, duerme, al menos, siete horas. Quedarte hasta altas horas estudiando es contraproducente. Si no descansas tu mente, todo tu trabajo se puede ir al traste.
Las horas previas
Si hasta ahora has logrado mantener la calma y una actitud positiva, no lo estropees.
Intenta llegar temprano al lugar del examen y asegúrate que tienes todo lo que necesitas: lápiz, bolígrafo, tablas, calculadora.
Procura no hablar de la prueba y de su contenido con tus compañeros de examen. Si ellos están muy nerviosos, esa actitud es contagiosa.
No intentes comprobar si recuerdas todos los temas. Antes del examen tu mente está en tensión, ya no puedes reforzar tu memoria, así que concéntrate en lo que vas a hacer.
Evita los sentimientos negativos. Sustitúyelos por otros más positivos como "ya he pasado antes por situaciones parecidas y ha salido bien" o "me he preparado lo suficiente, ya he hecho todo lo que se podía hacer hasta aquí".
Invierte cinco minutos en encontrar un lugar tranquilo para cerrar los ojos y practicar ejercicios de respiración.
EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN
Inspira el aire por la nariz manteniendo la boca cerrada y elevando el abdomen. Sujeta el aire durante unos momentos. Expira por la boca o nariz muy despacio Repítelo varias veces. Cuanto más despacio se produzca la respiración mayor será la sensación relajación.
¿Y ahora, qué?
Tienes el examen delante y parece que nada te suena. Te preguntas, ¿me habré quedado en blanco?
Nada de eso. Tienes un montón de conocimientos acumulados sin organizar. A medida que vayas analizando el examen los irás estructurando poco a poco. Mantén la calma y recuerda que tu memoria funciona de forma asociativa. La primera idea clave que recuerdes provocará la llegada en cascada de una idea tras otra. Así podrás asociar datos y conocimientos para hacer un examen brillante.