Escuchar es lo más importante.
El 80% de la efectividad de una conversación se basa en la escucha activa... Si eres capaz de escuchar a tus hijos de forma abierta y dispuesta te asegurarás una mejor relación con ellos.
En ocasiones resulta complicado, pero ponerte en su lugar te ayudará a comunicarte mejor. Recuerda que no es posible tener unas relaciones de primera con una comunicación de segunda.
Hablar en confianza
Las posibilidades de comunicación positiva con tu hijo/a aumentan si sabe que puede hablar de cualquier cosa contigo.
Cuando no hay temas tabú como el sexo o las drogas, las conversaciones son mucho más ricas, sobre todo si muestras respeto y no reproches hacia sus opiniones. Por supuesto, eso no significa que tengas que estar de acuerdo.
Controla tus emociones
Si lo que tu hijo/a te cuenta te enfada o te irrita, intenta controlar tu ansiedad y espera a que finalice su idea. Si le interrumpes te arriesgas a decepcionarlo, defraudarlo u ofenderlo. Así tu mensaje llegará distorsionado.
Cada cosa en su momento
Muchas veces, las conversaciones acaban derivando en una discusión en la que aparecen los gritos y reproches. Si sientes que sois incapaces de afrontar la situación calmadamente, deja pasar un tiempo. Insistir a gritos sobre tus argumentos hará que pierdan mucha validez.