¿Qué
es la dependencia física?
La nicotina es una sustancia muy adictiva que produce dos tipos
de dependencia: la dependencia física y la dependencia
psicológica.
La dependencia física afecta a tu organismo: cuando cortas
el suministro, tu organismo sufre los síntomas del síndrome
de abstinencia: sensación desagradable con ansiedad, irritabilidad,
trastornos del sueño, nerviosismo, aumento del apetito...
Si resistes sin fumar tres o cuatro semanas, habrás superado
la dependencia física: tu proceso de desintoxicación
habrá finalizado.
¿Qué
es la dependencia psicológica?
La dependencia psicológica puede durar mucho más
tiempo que tres o cuatro semanas; puede extenderse como un fantasma
hasta hacerte recaer. Si te dedicaras a pensar continuamente en
lo “que te gustaba fumar” o lo “bueno que te
sabía”, estarías incrementando tu dependencia
psicológica y tu mente podría jugarte una mala pasada.
No pienses “me fumaría un pitillo”, sino “qué
bien que ya no fumo”.
¿Cuál
es la clave para evitar recaer?
Lo más importante para mantenerte sin fumar es que establezcas
plazos cortos. Aunque estés haciendo un intento serio y
definitivo, no pienses que es para toda la vida. Piensa: hoy no
fumo. Ya verás cómo es más fácil.
¿Cuál
es el mejor momento para dejar de fumar?
Elige una etapa de tu vida que sea normal: ni demasiado buena,
ni demasiado mala. Y sobre todo, no tomes ninguna decisión
hasta tener muy claro por qué quieres dejar de fumar. Cuanto
más sólida sea tu motivación para dejar el
tabaco, más estable te sentirás durante el proceso.
¿Es
conveniente reducir el número de cigarrillos antes de dejarlo
del todo?
Es cierto que el efecto del tabaco es dosis-dependiente: a más
cigarrillos más riesgo. Pero como en todas las dependencias
la diferencia está entre fumar y no fumar. Por eso el método
más efectivo es dejar de fumar DEL TODO. Además
tú sabes que fumar menos es muy difícil, casi más
difícil que no fumar. Está demostrado que fumar
pocos cigarrillos también aumenta el riesgo de padecer
enfermedades: por eso no debes fumar NADA.
¿Dejar
de fumar me garantiza protección frente a las enfermedades
cardiovasculares?
Dejar de fumar NO es un pasaporte para la inmortalidad. Está
comprobado que dejar de fumar disminuye el riesgo de padecer enfermedades
graves (infarto de miocardio o ataque al corazón) y mortales
(cáncer), pero además dejar de fumar aporta calidad
de vida, ya que mejora el funcionamiento del aparato respiratorio
y del sistema cardiovascular. No se trata sólo de dar más
años a la vida, sino también de dar más vida
a los años.
¿Es
verdad que los no fumadores lo tienen más fácil
para encontrar trabajo?
El ser no fumador puede ser una ventaja añadida para
encontrar trabajo. Los fumadores resultan más caros a las
empresas porque tienen más absentismo, más visitas
al médico, e incrementan los costes de limpieza y de mantenimiento,
además de ser posible causa de siniestros (incendios por
colillas), por lo que cada vez es más frecuente que se
prohíba fumar en el lugar de trabajo; por otro lado, los
conocimientos sobre tabaquismo pasivo obligarán a establecer
restricciones en el lugar de trabajo.
¿Es
cierto que fumar envejece?
Al fumar, el gesto de fruncir los labios se repite cientos de
veces y contribuye a que se formen arrugas en el labio superior,
muy antiestéticas. Además, los dedos teñidos
y las uñas amarillentas dan a las manos un aspecto avejentado.
Parte de la nicotina y de los tóxicos que tiene el tabaco
se eliminan a través de la piel, dándole un tono
grisáceo. Al dejar de fumar la piel cambia mucho, ya que
pierde el tono mortecino apenas unas semanas después.
¿Por
qué el primer cigarrillo del día es el mejor?
Durante la noche, mientras duermes, los niveles de nicotina
en sangre bajan: por eso al levantarte necesitas fumar uno o varios
cigarrillos para incrementar el nivel de nicotina en tu sangre.
Este es el motivo por el que los primeros cigarrillos te producen
satisfacción o te “sientan bien”. Si pasa muy
poco tiempo desde que te levantas hasta que te fumas el primer
cigarrillo, posiblemente tienes una dependencia física
alta: cuando decidas dejar de fumar, acude a tu médico
para que te proporcione la ayuda que considere oportuna.
¿Dejar
de fumar engorda?
No todas las personas que dejan el tabaco engordan. Algunos
suben de peso, otros se quedan como están y otros adelgazan.
El aumento de peso medio en personas que dejan de fumar no llega
a 2 kilos. Si decides dejar de fumar y cambias de hábitos
adecuadamente, no engordarás. Además, dejar de fumar
beneficia a tu imagen: desaparecerá el aliento a tabaco
y el mal olor corporal, tus dientes recuperarán su blanco
natural y tanto tu piel como tu pelo ganarán brillo y vitalidad.