Otra posible método de recogida
es depositar el residuo de un producto que ya ha acabado su
vida útil retornándolo al establecimiento que
nos lo vendió.
¿Te acuerdas? Es lo que se hacía con los cascos
de las botellas. ¡Si hasta nos devolvían un dinerillo!
Aunque este sistema de retorno de las botellas se emplea poco
hoy en día, sí que suele ser habitual que determinados
establecimientos sirvan de puntos de recogida.
Es el caso de las farmacias, que a menudo canalizan la recogida
de medicamentos caducados para su destrucción controlada,
y de medicamentos no caducados pero que han dejado de ser
útiles para su propietario, para mandarlos a países
subdesarrollados. Otro tanto ocurre con las gafas.
Algunos ejemplos más:
- Aceites usados de automoción en talleres
- Fluorescentes fuera de uso en tiendas de electricidad
- Pilas en establecimientos donde se venden
- Cartuchos de tinta de impresora usados.
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