Mi vida social me incita
Las celebraciones familiares, las reuniones de trabajo, las fiestas con los amigos... crees que son situaciones que te pueden inducir a fumar. Pero...
Tú sabes que no eres tan influenciable
¿Recuerdas alguna situación del pasado en que no diste tu brazo a torcer? Seguro que sí. Desde tu infancia tú elegías tu ropa, tus actividades, tus amigos. Por mucho que intentaran convencerte, no había manera de moverte de tus intereses. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con las comidas que no te gustan; nadie te puede obligar a comer algo que te resulta repulsivo.
Piensa
en el acontecimiento que te preocupa.
Puedes prever qué personas te ofrecerán un cigarrillo y en qué momentos.
Aprovecha tu capacidad de imaginación y prepara tus respuestas de antemano; de esta forma podrás evitar caer en la tentación.
¡Ánimo! Estamos seguros de que vas a conseguirlo |