Fumo porque me gusta

¿Y a quién no? Efectivamente, tú también fumas porque te gusta

Es normal que te guste fumar. De hecho, el placer que sientes tiene causas explicables científicamente:

Cuando llevas un tiempo sin fumar, tus niveles de nicotina en sangre disminuyen: empiezas a entrar en síndrome de abstinencia.

No eres consciente de ello, pero te sientes mal: esta sensación se te pasa fumándote un cigarrillo.